El Valle de los Molinos: una franja de terreno montañoso que separa Fino Mornasco de Cucciago. mi’ la segunda mitad de 1800. La vía del tren, el monstruo de acero, símbolo de progreso y bienestar; río abajo un cobertizo de madera: dos tablas y cuatro clavos juntos.
Los hombres trabajan día tras día, metro a metro para construir el ferrocarril que cruza el valle y luego por la tarde, cansado, depositaron sus herramientas en esa choza. Viene el invierno, y con el frio, hielo y nieve; alguien piensa en parar a comer en la choza, en el cobertizo.
Una estufa, dos mesas y ese galpón se convierte en una trattoria para los trabajadores, un lugar de encuentro. Poco a poco se hace más grande pero la gente sigue llamándolo “Ul Casutin”, “El Casotto”.
El resto es historia hoy…